dijous, 21 de setembre del 2017

Los Inmortales Muertos

Los Inmortales muertos

Nunca se sabe quién nos da la mano hermano. Quizás, entre las sombras de la noche, un fantasma del pasado te viene a ver. Algunos inmortales se pasean alegremente entre los humanos, nos miran con ojos siniestros desde sus monturas, espada en mano. Nos obligan a leer su nombre en cada esquina cuando, perdidos en el sueño libertario, buscamos una famosa calle en los arrabales para calmar las ansias del amor. Esos seres mediocres que firmaban sentencias de muerte i daban órdenes a diestro y siniestro a pobres diablos. Esa carne de cañón que dejaba la piel entre los romeros de las sierras, eso sí, con la bendición del altísimo sinvergüenza hijo de puta.
Pérfidos personajes que jugaban con el gas mostaza en el Rif, son alabados i/u odiados por sus obras fantasmales. Muchos de ellos gozan de un lugar privilegiado en los altares de la historia y en los libros de los santos. Comparten el poder del bien y del mal como auténticos dioses del olimpo. Ojo a quien das la mano de bienvenida, querido hermano.
— ¡Mi general! Perdón generalísimo. Da Vd. su permiso para disparar al jodido catalán. Ese rojo separatista cabrón.